Se venden invitaciones para Orkut
Las nuevas herramientas de Google es un buen negocio para los "profesionales de las subastas".
Miércoles, 2 junio 2004
NOTICIASDOT, IBLNEWS
Orkut, la red social impulsada por Google, está alcanzando un importante éxito en algunos ambientes de tal manera que para algunos tener una cuenta o no en este servicio es fundamental para seguir estando en la cresta de la onda freekie.
El principal inconveniente es que Orkut, al igual que GMail, se acceder por invitación de alguno de sus miembros y sin esta no hay manera de poder abrir una comunidad.
Aunque para todo hay soluciones y los "profesionales de la red" han encontrado con Orkut y Gmail un filón de oro subastando invitaciones en eBay o bien vendiéndolas directamente.
En la actualidad podemos encontrar en ebay unas cincuentas ofertas activas de invitaciones. El precio suele oscilar en torno a los 60 dólares, aunque si las combinamos con una invitación a GMail puede llegar a alcanzar los 100 dólares.
Google dice que tanto este servicio como GMail son gratuitos y que no apoya la venta de invitaciones aunque de algún lugar deben estar saliendo el gran número de estas que se están ofertando en sitios de intercambios y subastas.
Wednesday, June 02, 2004
Señora Figueroa, déjenos en paz
Guillermo Rodríguez
Uno nunca sabe dónde se encuentra la persona que vela por su privacidad. En mi caso —y en el de miles de internautas— vive en San Francisco, se llama Liz Figueroa y pertenece al partido demócrata. Nunca hemos hablado. Ni siquiera nos hemos intercambiado un correo electrónico. Ella ignora cómo soy físicamente, aunque yo sí he visto una fotografía suya: es rubia y posee una sonrisa que le otorga un punto de amabilidad. Es el rostro de una persona que parece no entrometerse en decisiones ajenas. Pero una cara no siempre refleja con acierto la realidad: Figueroa se ha inmiscuido en mi vida sin pedirme permiso.
La senadora ha salido a la luz estos días por abanderar la batalla frente a GMail, el nuevo servicio de correo electrónico de Google. Hasta el momento las cosas le han salido relativamente bien: el pasado jueves, el Senado de California aprobó —24 votos a favor y 8 en contra— el primer proyecto de ley contra GMail amparándose en que podría “poner en peligro la privacidad de los usuarios”. Se trataría de impedir que GMail almacenara todos los correos electrónicos de sus usuarios con el fin de que no obtuviera o facilitara información personal a partir de ellos.
Google ha respondido de forma prolija a la medida. Sostiene que sus anunciantes no controlan si sus enlaces se muestran en GMail, que la publicidad evitará los contenidos escabrosos y/o delicados, y que no es la primera en escanear el contenido de los mensajes: tanto Yahoo! como Hotmail lo hacen actualmente para detectar y eliminar cualquier correo basura. Y nadie se ha quejado.
“Esta legislación garantiza que nuestras comunicaciones privadas continuarán siéndolo”, puntualizó Figueroa, quien el pasado abril ya remitió una carta a la sede de Google alertando a la compañía de estar creando "un desastre de enormes proporciones, tanto para ustedes como para todos sus clientes”.
A Figueroa no hay quien la pare. Hace unos meses lanzó Do-Not-Call, una iniciativa que permite a los ciudadanos inscribirse en una lista para no recibir en su casa llamadas de telemárketing. La diferencia entre ambas iniciativas radica en una sola palabra: “permite”. Mientras que con GMail pretende modificar sus términos de uso, con la segunda facilita a quienes lo deseen no recibir llamadas de televendedores.
Que yo sepa, desde Google no han amenazado en ningún momento con lanzar chorros de spam anunciando GMail. Ni siquiera se han planteado obligar a abrir una cuenta de correo electrónico por utilizar su buscador (que podría). No. Tan sólo ha creado un webmail gratuito de un giga de almacenamiento cuyo uso es libre. Sólo eso.
Es posible que la medida emprendida por la senadora Figueroa consiga el efecto contrario al buscado. No hay más que prohibir algo para que ese ‘algo’ se convierta en lo más deseado por millones de personas. Ya ha sucedido con GMail: sólo unos pocos tienen acceso a su versión beta, lo que ha generado toda una riada de propuestas a cambio de una cuenta de correo.
Probablemente la señora Figueroa me incluya en el grupo de los herejes. Hace dos semanas que desterré Outlook de mi ordenador. Conseguí hacerme con una cuenta de GMail y, desde entonces, es el único correo electrónico que utilizo. Tiempo suficiente como para concluir que, como webmail, GMail es bueno. Muy bueno. El mejor de los que he probado nunca. Y han sido bastantes.
El buscador de mensajes es veloz y efectivo —nada extraño estando detrás Google— y los 'threads' o hilos, que agrupan de forma automática los mensajes que forman una conversación sin tener que buscar las respuestas una por una, resultan tremendamente útiles.
Y sí, he recibido mensajes con los anuncios de texto que traen por la calle de la amargura a la senadora Figueroa. La conclusión es que son mucho menos intrusivos y molestos que los que aparecen en los de Yahoo! o Hotmail, por ejemplo. Que, por estar relacionados con parte del texto, incluso pueden resultar útiles y que aparecen en muchas menos ocasiones de las previstas.
Lo mejor, sin duda, es que todavía me quedan 999 megas para comenzar a eliminar mensajes por falta de espacio.
Señora Figueroa: estoy satisfecho con GMail y me gustaría seguir utilizándolo tal y como está. Y, por si acaso tiene alguna duda, le confirmo que a estas alturas de la vida ya sé cuidarme solo. O al menos lo intento.
Guillermo Rodríguez
Uno nunca sabe dónde se encuentra la persona que vela por su privacidad. En mi caso —y en el de miles de internautas— vive en San Francisco, se llama Liz Figueroa y pertenece al partido demócrata. Nunca hemos hablado. Ni siquiera nos hemos intercambiado un correo electrónico. Ella ignora cómo soy físicamente, aunque yo sí he visto una fotografía suya: es rubia y posee una sonrisa que le otorga un punto de amabilidad. Es el rostro de una persona que parece no entrometerse en decisiones ajenas. Pero una cara no siempre refleja con acierto la realidad: Figueroa se ha inmiscuido en mi vida sin pedirme permiso.
La senadora ha salido a la luz estos días por abanderar la batalla frente a GMail, el nuevo servicio de correo electrónico de Google. Hasta el momento las cosas le han salido relativamente bien: el pasado jueves, el Senado de California aprobó —24 votos a favor y 8 en contra— el primer proyecto de ley contra GMail amparándose en que podría “poner en peligro la privacidad de los usuarios”. Se trataría de impedir que GMail almacenara todos los correos electrónicos de sus usuarios con el fin de que no obtuviera o facilitara información personal a partir de ellos.
Google ha respondido de forma prolija a la medida. Sostiene que sus anunciantes no controlan si sus enlaces se muestran en GMail, que la publicidad evitará los contenidos escabrosos y/o delicados, y que no es la primera en escanear el contenido de los mensajes: tanto Yahoo! como Hotmail lo hacen actualmente para detectar y eliminar cualquier correo basura. Y nadie se ha quejado.
“Esta legislación garantiza que nuestras comunicaciones privadas continuarán siéndolo”, puntualizó Figueroa, quien el pasado abril ya remitió una carta a la sede de Google alertando a la compañía de estar creando "un desastre de enormes proporciones, tanto para ustedes como para todos sus clientes”.
A Figueroa no hay quien la pare. Hace unos meses lanzó Do-Not-Call, una iniciativa que permite a los ciudadanos inscribirse en una lista para no recibir en su casa llamadas de telemárketing. La diferencia entre ambas iniciativas radica en una sola palabra: “permite”. Mientras que con GMail pretende modificar sus términos de uso, con la segunda facilita a quienes lo deseen no recibir llamadas de televendedores.
Que yo sepa, desde Google no han amenazado en ningún momento con lanzar chorros de spam anunciando GMail. Ni siquiera se han planteado obligar a abrir una cuenta de correo electrónico por utilizar su buscador (que podría). No. Tan sólo ha creado un webmail gratuito de un giga de almacenamiento cuyo uso es libre. Sólo eso.
Es posible que la medida emprendida por la senadora Figueroa consiga el efecto contrario al buscado. No hay más que prohibir algo para que ese ‘algo’ se convierta en lo más deseado por millones de personas. Ya ha sucedido con GMail: sólo unos pocos tienen acceso a su versión beta, lo que ha generado toda una riada de propuestas a cambio de una cuenta de correo.
Probablemente la señora Figueroa me incluya en el grupo de los herejes. Hace dos semanas que desterré Outlook de mi ordenador. Conseguí hacerme con una cuenta de GMail y, desde entonces, es el único correo electrónico que utilizo. Tiempo suficiente como para concluir que, como webmail, GMail es bueno. Muy bueno. El mejor de los que he probado nunca. Y han sido bastantes.
El buscador de mensajes es veloz y efectivo —nada extraño estando detrás Google— y los 'threads' o hilos, que agrupan de forma automática los mensajes que forman una conversación sin tener que buscar las respuestas una por una, resultan tremendamente útiles.
Y sí, he recibido mensajes con los anuncios de texto que traen por la calle de la amargura a la senadora Figueroa. La conclusión es que son mucho menos intrusivos y molestos que los que aparecen en los de Yahoo! o Hotmail, por ejemplo. Que, por estar relacionados con parte del texto, incluso pueden resultar útiles y que aparecen en muchas menos ocasiones de las previstas.
Lo mejor, sin duda, es que todavía me quedan 999 megas para comenzar a eliminar mensajes por falta de espacio.
Señora Figueroa: estoy satisfecho con GMail y me gustaría seguir utilizándolo tal y como está. Y, por si acaso tiene alguna duda, le confirmo que a estas alturas de la vida ya sé cuidarme solo. O al menos lo intento.
Gmail de Google se enfrenta a una denuncia por ser una marca registrada
Enviado por Jose A. Gelado on 7/4/2004 23:14:48 (155 Lecturas)
Primero fueron abogados privados los que anunciaron luchar contra el servicio de correo electrónico propuesto por Google, el conocido Gmail. Ahora, una pequeña firma de búsqueda independiente dice que es propietaria de la marca "Gmail" y pretende luchar para mantenerla, según Reuters.
Market Age, con sede en Londres, dijo que logró su máximo de clientes el pasado año con un total de 1.000 representando a 300 bancos suscritos a su servicio de búsqueda por la red "Pronet", del que "Gmail" es un producto original de búsqueda.
"Cuando salieron las noticias sobre Gmail de Google la pasada semana, me dirigí a las autoridades de patentes y marcas registradas de EEUU. Pensé que podríamos estar en líos. Pero no lo habían registrado", dijo Shane Smith, presidente ejecutivo del grupo Market Age, a Reuters el miércoles.
El directivo añadió que el sábado pasó 700 dólares para registrar "Gmail" bajo el nombre de la compañía. Market Age nunca registró un dominio "Gmail", añadió.
No fue posible contactar con representantes de Google en Londres para comentar la noticia.
Desde su anuncio la pasada semana de su planeado lanzamiento de un servicio en la red de e-mail para clientes capaces de almacenar correos, Google ha sido objeto de ataques por parte de abogados en Europa y EEUU.
Enviado por Jose A. Gelado on 7/4/2004 23:14:48 (155 Lecturas)
Primero fueron abogados privados los que anunciaron luchar contra el servicio de correo electrónico propuesto por Google, el conocido Gmail. Ahora, una pequeña firma de búsqueda independiente dice que es propietaria de la marca "Gmail" y pretende luchar para mantenerla, según Reuters.
Market Age, con sede en Londres, dijo que logró su máximo de clientes el pasado año con un total de 1.000 representando a 300 bancos suscritos a su servicio de búsqueda por la red "Pronet", del que "Gmail" es un producto original de búsqueda.
"Cuando salieron las noticias sobre Gmail de Google la pasada semana, me dirigí a las autoridades de patentes y marcas registradas de EEUU. Pensé que podríamos estar en líos. Pero no lo habían registrado", dijo Shane Smith, presidente ejecutivo del grupo Market Age, a Reuters el miércoles.
El directivo añadió que el sábado pasó 700 dólares para registrar "Gmail" bajo el nombre de la compañía. Market Age nunca registró un dominio "Gmail", añadió.
No fue posible contactar con representantes de Google en Londres para comentar la noticia.
Desde su anuncio la pasada semana de su planeado lanzamiento de un servicio en la red de e-mail para clientes capaces de almacenar correos, Google ha sido objeto de ataques por parte de abogados en Europa y EEUU.
GMail de Google podría vulnerar la Ley Orgánica de Protección de Datos y la LSSI
Enviado por Jose A. Gelado on 7/4/2004 14:10:55 (250 Lecturas)
La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) se ha dirigido a la filial de la empresa estadounidense Google para advertirle que su anunciado servicio de correo electrónico vulneraría en España la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico. (Redacción CDT)
Con Gmail, la compañía pretende violar la privacidad de las comunicaciones de los consumidores tratando los datos de sus mensajes de correo electrónico para enviarles publicidad de productos y servicios relacionados con sus contenidos, además de mantener en sus sistemas los correos borrados por los usuarios. En un apartado de su web dedicado a la protección de la privacidad, Gmail pretende escudarse en que "la correspondencia de los anuncios con el contenido [de los correos] es un proceso completamente automatizado realizado por ordenadores" y "ningún humano lee su correo electrónico para colocar los anuncios", pero en España, la Ley 15/1999 reconoce el derecho de los usuarios a oponerse al tratamiento de sus datos con fines publicitarios, independientemente de que éste se realice de forma automatizada o no.
Si en un correo-e aparece alguna de las palabras clave compradas por los anunciantes clientes de Google, el usuario podrá encontrarse en la parte derecha de la pantalla con textos publicitarios (lo que Google denomina comercialmente Adwords), ya que "los ordenadores tratan el texto en un mensaje y lo emparejan a anuncios o la información relacionada en la base de datos extensa de Google". Por ejemplo, si un internauta cuenta en un e-mail a qué partido político votó en las últimas Elecciones Generales, cuándo se celebrará el bautizo de su hijo recién nacido y dónde pasará sus vacaciones de verano, Gmail podría introducir, por ejemplo, publicidad del partido de la oposición, de una marca de alimentos infantiles y de una agencia de viajes.
FACUA advierte que, de poner en marcha el servicio en España, Google obviaría aspectos básicos regulados por las citadas leyes como son el derecho de los usuarios a oponerse al tratamiento de sus datos con fines publicitarios, la prohibición de enviar publicidad no autorizada y la catalogación como datos especialmente protegidos de toda información que revele cualquier aspecto relativo a la ideología, afiliación sindical, religión, creencias, origen racial, salud y vida sexual de un ciudadano.
El artículo 30 de la Ley 15/1999, relativo a los tratamientos con fines publicitarios, establece en su apartado 4 que "los interesados tendrán derecho a oponerse, previa petición y sin gastos, al tratamiento de los datos que les conciernan". Por su parte, la Ley 34/2002 advierte en su artículo 22.2 que "en todo caso, el prestador deberá ofrecer al destinatario la posibilidad de oponerse al tratamiento de sus datos con fines promocionales mediante un procedimiento sencillo y gratuito, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones comerciales que le dirija", tras advertir en el apartado anterior que "queda prohibido el envío de comunicaciones publicitarias o promocionales por correo electrónico u otro medio de comunicación electrónica equivalente que previamente no hubieran sido solicitadas o expresamente autorizadas por los destinatarios de las mismas".
La Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal establece en su artículo 7, dedicado a los datos especialmente protegidos, que "sólo con el consentimiento expreso y por escrito del afectado podrán ser objeto de tratamiento los datos de carácter personal que revelen la ideología, afiliación sindical, religión y creencias" (apartado 2). A continuación, advierte que "Los datos de carácter personal que hagan referencia al origen racial, a la salud y a la vida sexual sólo podrán ser recabados, tratados y cedidos cuando, por razones de interés general, así lo disponga una Ley o el afectado consienta expresamente" (apartado 3).
En el artículo 9 de la Ley 15/1999, relativo a la seguridad de los datos, se advierte que "el responsable del fichero, y, en su caso, el encargado del tratamiento, deberán adoptar las medidas de índole técnica y organizativas necesarias que garanticen la seguridad de los datos de carácter personal y eviten su alteración, pérdida, tratamiento o acceso no autorizado".
Por otra parte, Google advierte que "las copias residuales de correo electrónico pueden permanecer sobre nuestros sistemas, incluso después de que usted los haya borrado de su buzón de correo o después de que cierre su cuenta". FACUA considera que esta práctica es contraria al artículo 12 de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, que plantea que "los prestadores de servicios de alojamiento de datos deberán retener los datos de conexión y tráfico generados por las comunicaciones (...) por un período máximo de doce meses" (apartado 1), pero "serán únicamente los necesarios para facilitar la localización del equipo Terminal empleado por el usuario para la transmisión de la información" y “en ningún caso, la obligación de retención de datos afectará al secreto de las comunicaciones" (apartado 2).
Google argumenta que sus empleados "no tienen acceso al contenido de ningún buzón a no ser que usted expresamente solicite que ellos lo hagan (por ejemplo, si usted tiene dificultades técnicas que tienen acceso a su cuenta) o de ser requerido por la ley, mantener nuestro sistema, o proteger a Google o el público".
La Federación española se une así a las críticas de ONGs como la británica Privacy International, la holandesa Bits of Freedom y las estadounidenses Commercial Alert, World Privacy Forum y Electronic Privacy Information Center.
Enviado por Jose A. Gelado on 7/4/2004 14:10:55 (250 Lecturas)
La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) se ha dirigido a la filial de la empresa estadounidense Google para advertirle que su anunciado servicio de correo electrónico vulneraría en España la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico. (Redacción CDT)
Con Gmail, la compañía pretende violar la privacidad de las comunicaciones de los consumidores tratando los datos de sus mensajes de correo electrónico para enviarles publicidad de productos y servicios relacionados con sus contenidos, además de mantener en sus sistemas los correos borrados por los usuarios. En un apartado de su web dedicado a la protección de la privacidad, Gmail pretende escudarse en que "la correspondencia de los anuncios con el contenido [de los correos] es un proceso completamente automatizado realizado por ordenadores" y "ningún humano lee su correo electrónico para colocar los anuncios", pero en España, la Ley 15/1999 reconoce el derecho de los usuarios a oponerse al tratamiento de sus datos con fines publicitarios, independientemente de que éste se realice de forma automatizada o no.
Si en un correo-e aparece alguna de las palabras clave compradas por los anunciantes clientes de Google, el usuario podrá encontrarse en la parte derecha de la pantalla con textos publicitarios (lo que Google denomina comercialmente Adwords), ya que "los ordenadores tratan el texto en un mensaje y lo emparejan a anuncios o la información relacionada en la base de datos extensa de Google". Por ejemplo, si un internauta cuenta en un e-mail a qué partido político votó en las últimas Elecciones Generales, cuándo se celebrará el bautizo de su hijo recién nacido y dónde pasará sus vacaciones de verano, Gmail podría introducir, por ejemplo, publicidad del partido de la oposición, de una marca de alimentos infantiles y de una agencia de viajes.
FACUA advierte que, de poner en marcha el servicio en España, Google obviaría aspectos básicos regulados por las citadas leyes como son el derecho de los usuarios a oponerse al tratamiento de sus datos con fines publicitarios, la prohibición de enviar publicidad no autorizada y la catalogación como datos especialmente protegidos de toda información que revele cualquier aspecto relativo a la ideología, afiliación sindical, religión, creencias, origen racial, salud y vida sexual de un ciudadano.
El artículo 30 de la Ley 15/1999, relativo a los tratamientos con fines publicitarios, establece en su apartado 4 que "los interesados tendrán derecho a oponerse, previa petición y sin gastos, al tratamiento de los datos que les conciernan". Por su parte, la Ley 34/2002 advierte en su artículo 22.2 que "en todo caso, el prestador deberá ofrecer al destinatario la posibilidad de oponerse al tratamiento de sus datos con fines promocionales mediante un procedimiento sencillo y gratuito, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones comerciales que le dirija", tras advertir en el apartado anterior que "queda prohibido el envío de comunicaciones publicitarias o promocionales por correo electrónico u otro medio de comunicación electrónica equivalente que previamente no hubieran sido solicitadas o expresamente autorizadas por los destinatarios de las mismas".
La Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal establece en su artículo 7, dedicado a los datos especialmente protegidos, que "sólo con el consentimiento expreso y por escrito del afectado podrán ser objeto de tratamiento los datos de carácter personal que revelen la ideología, afiliación sindical, religión y creencias" (apartado 2). A continuación, advierte que "Los datos de carácter personal que hagan referencia al origen racial, a la salud y a la vida sexual sólo podrán ser recabados, tratados y cedidos cuando, por razones de interés general, así lo disponga una Ley o el afectado consienta expresamente" (apartado 3).
En el artículo 9 de la Ley 15/1999, relativo a la seguridad de los datos, se advierte que "el responsable del fichero, y, en su caso, el encargado del tratamiento, deberán adoptar las medidas de índole técnica y organizativas necesarias que garanticen la seguridad de los datos de carácter personal y eviten su alteración, pérdida, tratamiento o acceso no autorizado".
Por otra parte, Google advierte que "las copias residuales de correo electrónico pueden permanecer sobre nuestros sistemas, incluso después de que usted los haya borrado de su buzón de correo o después de que cierre su cuenta". FACUA considera que esta práctica es contraria al artículo 12 de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, que plantea que "los prestadores de servicios de alojamiento de datos deberán retener los datos de conexión y tráfico generados por las comunicaciones (...) por un período máximo de doce meses" (apartado 1), pero "serán únicamente los necesarios para facilitar la localización del equipo Terminal empleado por el usuario para la transmisión de la información" y “en ningún caso, la obligación de retención de datos afectará al secreto de las comunicaciones" (apartado 2).
Google argumenta que sus empleados "no tienen acceso al contenido de ningún buzón a no ser que usted expresamente solicite que ellos lo hagan (por ejemplo, si usted tiene dificultades técnicas que tienen acceso a su cuenta) o de ser requerido por la ley, mantener nuestro sistema, o proteger a Google o el público".
La Federación española se une así a las críticas de ONGs como la británica Privacy International, la holandesa Bits of Freedom y las estadounidenses Commercial Alert, World Privacy Forum y Electronic Privacy Information Center.
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