Monday, May 03, 2004

CHISTES

Era un hombre tan tacaño, tan tacaño, tan tacaño que ladraba por las noches para no comprarse un perro.

Una vez un hombre tacaño iba con su esposa en el auto y pasan por un restauran, la esposa del señor huele y dice:
¡Que rico olor!
Entonces, el señor dice:
¿Te gustó? ¿Quieres volver a pasar?