Navegar sin explorer
Un 94% de los internautas utilizan Internet Explorer (IE), el navegador de Microsoft. Tiende sin embargo a perder terreno debido a sus grandes fallas en materia de seguridad. La conferencia BlogOn que tuvo lugar en Berkeley en julio pasado dio lugar a una escena memorable. Para iniciar su presentación un representante de Microsoft preguntó a los 300 profesionales presentes “¿Quién usa Explorer?” Todos nos quedamos boquiabiertos al constatar que la respuesta era: nadie. Ni una mano se levantó. La existencia de alternativas de calidad tiene mucho que ver.
Objetivos o subjetivos, los defectos de IE son conocidos: participa del monopolio de Microsoft, lo que muchos resienten, es pesado, lento, poco atractivo y sus fallas son tales que la Computer Emergency Readiness Team responsable de la seguridad informática de EUA tuvo a bien aconsejar el uso de otro navegador. Durante dos meses me dediqué a probar las dos alternativas más populares: Opera y Firefox.
El navegador de Opera tiene la reputación de ser ligero e inteligente. Lo produce una empresa noruega que aguantó mientras los demás se derrumbaban. “Hemos sobrevivido nueve años con un crecimiento continuo frente a una competencia muy agresiva. Esto quiere decir que ofrecemos algo claramente mejor” nos declaró Jon S. von Tetzchner, presidente de Opera durante una entrevista realizada en San Francisco en abril de este año.
Con Opera descubrí las virtudes de las “ lengüetas” (tabs): en vez de abrir nuevas páginas en ventanas nuevas, Opera las abre a dentro de una misma ventana y las diferencia gracias a lengüetas. Es más ligero y más cómodo.Una “barrita” (¿mágica?) conserva las contraseñas para acceder fácilmente a los sitios visitados regularmente. Un sistema de correo integrado indexa automáticamente todos los mensajes. Un modelo retomado por Gmail de Google que permite sortear la avalancha de mensajes. “Fuimos los primeros en ofrecerlo,” dice con orgullo von Tetzchner.
Opera es el navegador que más rápidamente carga las páginas visitadas. Lamento sin embargo que no haga mucho para ser compatible con programas útiles como puede ser Roboform (para encriptar las contraseñas). Mi principal, y muy personal, reproche, es que no se puede copiar un fragmento de página con los enlaces que tiene y pegarlo en otra aplicación (Word por ejemplo), una operación sencilla e indispensable para quién trabaja mucho con la web.
Firefox es un navegador Open Source producido por algunos de los programadores quienes hicieron Netscape. El sistema básico es ligero y cada usuario puede agregar las extensiones que quiera para cumplir con las funciones que necesite. Tiene lengüetas y permite guardar y encriptar las contraseñas. Tiene un bloqueador de pop-ups eficiente. El retorno a las páginas recientemente visitadas es de lo más cómodo.
Firefox es gratis. Opera lo es durante dos semanas, después de las cuales hay que pagar 40 dólares o aceptar una publicidad discreta. Ambos hicieron un gran esfuerzo para facilitar la migración de los usuarios de Explorer. Además de los favoritos, Firefox copia las configuraciones.
Sin embargo, experimentar cualquiera de los dos expone a perder cierto tiempo. Es increíble el número de funciones que faltan (o que uno tarda en encontrar) cuando se cambia de programa. Otro problema común es el hecho que determinados sitios (en particular ciertos bancos) no funcionan bien con navegadores que no sean Explorer. Opera y Firefox pueden ser instalados como navegador principal y ambos permiten el uso eventual (lo cual reduce los riesgos) de Explorer.
Uno llega a preguntarse, en tales condiciones ¿porque cambiar? Para resistir al monopolio dirán algunos, porque Opera y Firefox son mejores dirán otros, y porque son más seguros. Microsoft está empezando a difundir un “Service Pack” que debe resolver algunos de los problemas más serios. La nueva versión sin embargo es incompatible con algunos programas de uso común y la mayoría de los especialistas aconsejan aguardar unos meses antes de instalarla.
*Periodista francés residente en Berkeley, California, experto en nuevas tecnologías de la información y en asuntos latinoamericanos. Más información en www.francispisani.net