Microsoft: una de cal y dos de arena
Guillermo Rodríguez
La principal virtud de “Halo 2” es que permite a los usuarios españoles estrechar lazos con sus colegas latinoamericanos. ¡Qué chido!
‘Halo 2’, la niña bonita de Microsoft en el terreno de los videojuegos, ha mostrado una vitalidad a prueba de bombas, y no precisamente de las de fusión que utilizan en la aventura los alienígenas para devastar continentes. Escasa incidencia ha tenido el hecho de que el videojuego esté disponible, desde hace un mes, en los programas P2P de forma gratuita. Los usuarios se lanzaron en masa formando largas colas durante la noche del pasado martes para comprar su correspondiente copia. La demanda ha sido tan fuerte que, incluso, ha sobrepasado las expectativas más optimistas de Microsoft, que confiaba en facturar sólo el primer día 100 millones de dólares. La realidad ha sido mucho más benévola: despachó 2,38 millones de unidades a un precio entre los 50 y 55 dólares, generando a la empresa de Bill Gates unos 125 millones de dólares. El multimillonario Gates se despertó el miércoles mucho más multimillonario.
Ante estas cifras a uno no le queda otra opción que preguntarse qué sucede. ¿Acaso la piratería no es tan mala? ¿No era cierto que por el mero hecho de que un determinado artículo pulule por las redes P2P ya implica una pérdida de dinero considerable? Lo mismo que se decía la semana pasada cabe reseñarlo esta: los internautas que se bajaron “Halo 2” de eMule, BitTorrent o cualquier otra plataforma P2P jamás habrían comprado el videojuego. Lo más curioso del huracán “Halo 2” es que, tal y como se han encargado de subrayar los representantes de Microsoft, ha facturado más dinero que la última producción de Pixar, la a priori muy recomendable “The Incredibles”. Los videojuegos ganan, por una vez y sirviendo de precedente, a la todopoderosa Hollywood.
Pero, sobre todo, la principal virtud de “Halo 2” es que permite a los usuarios españoles estrechar lazos con sus colegas latinoamericanos. ¡Qué chido!
Es para reír, aunque en realidad deberían soltarse lágrimas de tristeza: Microsoft anunció a bombo y platillo –los principales medios de comunicación lo recogieron, el Wall Street Journal lo sacó en portada– su nuevo buscador. Cualquier usuario que tratara de utilizarlo se toparía con un mensaje en el que se le advertía de que el servicio no estaba operativo. Tras teclear el término de búsqueda y esperar durante un minuto (¡¡un minuto!! Google tarda 0,8 segundos en encontrar 8.000.000.000 resultados), podía leerse lo siguiente: “Actualmente, este sitio no está disponible. Inténtalo de nuevo más tarde”. ¿Son esas las armas que va a presentar Microsoft para “batir” (Steve Ballmer dixit) a Google? Permítanme que me ría.