Telefónica abre el abanico
Guillermo Rodríguez
Telefónica ampliará, CMT mediante, sus ofertas de conexión ADSL a Internet. Ninguna pega. Dice la teoría económica que a mayor oferta, más demanda. Y eso es positivo. Lo más relevante es que Telefónica acaba con la modalidad al uso en la conexión a Internet: fulmina el concepto de tarifa plana y apuesta con decisión por el cobro en función de los minutos conectados. Tiscali, y en su momento Madritel, optaron por fórmulas similares, aunque en su caso cobrando por ancho de banda consumido.
Las ofertas lanzadas por Telefónica, basadas en el cobro según los minutos que se navegue, son prescindibles para cualquier internauta medio, pero no para los usuarios ‘de bajo nivel’ (incluidos abuelos e incluso, ¡ay!, padres). El mayor problema de estar conectado a Internet 12 horas al día, escribir noticias y artículos sobre la Red y, además, disfrutar con el tema, es que uno acaba creyendo que los que le rodean son iguales. Es decir, que la gente navega como posesa y que sabe lo que es Longhorn, ADSL, Wi-Fi o iPod. Obviamente no es así, ni de lejos. A la mayoría de los internautas le importa una higa si es mejor Explorer o Mozilla o si GMail ofrece más espacio que Hotmail. Y Linux es un indio apache, no un sistema operativo.
Para salir del mundo de ficción en el que uno habita no existe mejor medicina que hablar con la gente. Con todo tipo de personas, no sólo con los que son como tú. Sólo así compruebas que tu creencia es tan errónea como los que piensan que el mundo se desmorona porque Raúl sufre una gastroenteritis.
Aunque no sea la mayoría, seguro que a miles de personas les sobra y les basta poder navegar por Internet 11 horas al mes por 9,9 euros. Incluso esta oferta puede ser muy útil para todos los padres que quieran reducir el precio que sus hijos pasan delante del ordenador. Pueden hacer lo mismo que con el prepago de los móviles: te cubrimos 11 horas; una vez hayas consumido el saldo, el resto corre a tu cargo (o al de tu paga). Cada hora de más que se navegue, el usuario deberá desembolsar 1,45 euros. Lo que, todo hay que decirlo, parece un precio excesivo: cuesta lo mismo la conexión en un cibercafé.
Aunque la decisión de Telefónica fuera negativa, que no lo es, los usuarios de ADSL –más de dos millones– siempre tendrían la opción de cambiarse al cable. Las cosas, por tanto, siguen igual, aunque con una oferta más amplia. Ahora sólo queda comprobar si existen los suficientes internautas de ‘baja intensidad’ que consideran atractiva la propuesta de Telefónica.
En todo caso que la actualidad no impida ver la realidad. Es necesario que se rebajen las tarifas que los internautas pagan por una conexión de banda ancha. No es justo que seamos de los europeos que más gastamos en este concepto.
Queda dicho que a pesar de que la mayoría de los españoles sólo utilizan Internet para leer el correo electrónico, utilizar el messenger y, si acaso, leer algo, existe otro buen puñado dispuesto a amortizar su conexión. Son los usuarios de las redes P2P. Un reciente estudio acaba de reafirmar lo que ya se sabia: los españoles son los mayores usuarios de este tipo de plataformas en todo el mundo. Y más importante aún: la táctica de ‘denuncia para todos’ emprendida por las discográficas no sirve absolutamente para nada.
Microsoft ha reconocido que el éxito de Linux afectará a su cuenta de resultados. Lógico. Ya va siendo hora de que asuma que es un competidor muy serio.